Más vida en mi vida

Kora dice:

Hace ya algún tiempo estuve muy muy triste. Estuve tan triste que en todos mis cumpleaños hacemos la broma de que yo debería cumplir uno menos por el año que tengo en blanco.

Cuando me levanté de la cama después un año entero mirando al techo, era otra persona. No quiero decir que saliera renovada, más lista, más alta, más guapa y mejor. Pero sí que fui consciente de lo que me había perdido, de todos esos días, semanas y meses que no voy a recuperar y en los que no hice nada. Desde entonces he intentado no perderme nada, poner más vida en mi vida, o "to make the most of the moment" como dicen los angloparlantes, pero es complicado.

Soy una de esas personas que tienen muchísima energía, pero que también pierden mucha energía. Invento, planifico, movilizo a quien haga falta, busco información en internet y siempre tengo mil cosas en mi libreta: viajes, excursiones, sesiones de fotos, inventos, restaurantes a los que quiero ir, cócteles que quiero probar, amigos que quiero juntar con otros amigos... Pero me canso. Me caliento tanto la cabeza con que no quiero dejarme nada que me agoto. Algunos días libres a mitad de día me vuelvo a la cama porque mi hiperactividad mental es tal, que no la aguanto ni yo.

Esto me pasa sobre todo cuando tengo épocas especialmente intensas, no sé si os ocurrirá a vosotros también, pero yo tengo semanas que casi no distingo un día de otro y otras, que de repente me pasa todo junto. Y está muy bien: antes muerta que aburrida, pero es que llevo unas semanas que me pasan cosas buenas muy buenas y algunas que no son tan buenas, y a eso se suma la incertidumbre de algunas cosas bastante importantes que, puede que pasen y puede que no. La verdad es que la sensación general es que estoy tan tensa que me voy a romper.

Esto tiene como consecuencia, que entre otras cosas no me apetezca demasiado arreglarme y tampoco hacerme fotos. Solo pensar en maquillarme ya me da pereza y menos mal que se han inventado las gafas de sol para poder salir a la calle habiéndonos pintado solo los labios. Así que aquí os dejo el look desechado del "working day" de ayer. Antes de salir de casa decidí que no tenía ganas de ir tambaleándome sobre esos tacones sin dar dos zancadas iguales, y que el tándem "cuero+rosa" requería una actitud descarada y jovial, que nada tenía que ver con mi discurso mental: "si sobrevivo a esta semana sin tener que salir a tomarme 10 mojitos para olvidarme de todo durante un rato, ya me conformo".

Estamos a miércoles, y aunque ayer fui a trabajar vestida como la oficinista más aburrida del planeta (creo que la Srta. Rottermeyer sacaba en Heidi algún outfit más atrevido), y a falta de mojitos en los que ahogar mi estrés emocional, los rebocé bien en una tarta de banana con tofe que engordaba de solo mirarla... Soy consciente de que la parte más dura ha pasado ya, que ahora solo hay que dejarse arrastrar despacito por la corriente hasta ese lugar tibio, seguro y un poco muermo que es la rutina. (Aunque con los adjetivos que le he dedicado bien podría ser el útero materno).

Como decía Silvio Rodríguez en una canción "Debo creer que el mañana es un mundo habitable".

Un beso enorme, y perdonadme si me he puesto trascendente de más, prometo que en el próximo post solo hablaré de banalidades.

Ring: Mango

Trousers: H&M, Dress: Unit, Bag: New Yorker, Jacket: Mango

Shoes: Ardene (imposible andar con ellos), las tiras de tachuelas son una cinta del pelo de Primark cortada por la mitad.

Esta pose me inquieta, ¿no me parece que me va a caer un rayo el cualquier momento?

Lipstick: Yardley, Bracelet: Ardene, Belt: tienda local (de los chinos, para que nos entendamos)

En mi próxima vida en vez de gatos voy a tener tortugas, que seguro que son más fáciles de retocar con Photoshop :))