Bueno, pues ya se ha marchado Chris, mi amigo Irlandés que vino a verme unos días. Es curioso como a veces hace falta un punto de vista ajeno para darse cuenta de las cosas que tenemos delante. Chris se quedó muy impresionado con Madrid, se enamoró del cielo, de las mujeres, de la sierra, de la comida, de que hagamos tanta vida en la calle y de que seamos tan sonrientes. También le sorprendió que seamos tan tocones (se pensaría que yo es que era una descarada que no paraba de manosear a las personas, pero ya se dio cuenta de que es algo muy español). De que no haya un dress-code tan definido como en Irlanda, donde la gente solo se arregla para salir por la noche, y por el día va poco menos que en chandal la mayor parte del tiempo) y de que tengamos tantos bares, de tantos tipos y abiertos hasta tan tarde. Durante unos días fue un guiri de lo más feliz, y alguna noche un guiri borracho más feliz aún. Nosotros también lo pasamos genial compartiendo nuestro tiempo y nuestro azaroso inglés con él, y esperamos que vuelva pronto, porque nos quedaron muchas cosas por ver.
A todos aquellos que me echaron una mano en todo este rollo de ser guía, traductora, amiga, madre y taxista: GRACIAS, sin vosotros me hubiera quemado a lo bonzo a las 3 horas de recogerle en el aeropuerto. A los que no pudieron compartir la experiencia con nosotros: No sabéis lo que os perdisteis.
Un beso a todos y todas, os dejo con unas cuantas fotos, que dicen más que mil palabras.
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My Irish friend was spending a few days in Madrid with me, and it was amazing having him here, walking around and having a new perspective of everything. He said Madrilians are nice and warm and we have allways a smile up on our faces. He loved the city and our awesome blue sky, and I loved all those things while he was here. Thanks for opening my eyes, and thanks also to all the friends who helped me being touristic guides, translators, taxi drivers etc.