Víctor dice:
Últimamente me estresan cada vez más los cambios. Y no hago más que cambiar y cambiar y cambiar... parezco una quinceañera frente a su armario lleno de ropa y nerviosa perdida por no saber qué ponerse.
Últimamente me estresan cada vez más los cambios. Y no hago más que cambiar y cambiar y cambiar... parezco una quinceañera frente a su armario lleno de ropa y nerviosa perdida por no saber qué ponerse.
Ayer mismo teníamos planes, ¿y qué pasa cuando planeas ir a algún sitio con ilusión?... pues que aparece Murphy tras la esquina y te dice: ¡Qué!, ¿tenías planes?, me da igual, ¡te los voy a fastidiar!.
Salí del metro de Tribunal, y con mi astucia y mi GPS incorporado en mi cabeza volví a perderme (el GPS existe, está en mi cabeza, pero está desactualizado, no tiene batería y cuando funciona me hace ir justo por donde no es). La calle Pez es fácil de encontrar, eso si, si vas en coche, con tu aire acondicionado y a 25 graditos... eso si, ponte a buscar la calle Pez, si vas tarde, con la ropa de trabajo, con un Sol de justicia y corriendo más que caminando... imposible.
Total, cuando llegué a la Calle del Pez y nos metimos en el restaurante nos dijo la camarera que sólo le quedaba chorizo de vaca o filetes empanados de segundo, y que se había acabado la carne sin rebozar (si no lo habéis leído en otro post, íbamos a ir a un argentino). Total, no se si la camarera se llamaba Señorita María Murphy, pero nos dejó sin degustar las carnes que Kora me había propuesto con tanto ánimo.
Nota mental 1: Un día malo, si es con Kora, puede ser bueno.
Nota mental 2: Matar a Murphy cuando le vea.
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