La verdad es que no sé qué hacer con este blog. Lo empecé con Víctor, pero Víctor ya hace mucho que no participa en él. En principio iba a hablar sobre moda y tendencias… Pero si es que a mi lo que se lleva y lo que no siempre me ha importado un carajo… Y entonces perdí el norte unas cuantas veces y luego estuve muy triste y después algo desorientada y llegados a este punto, he ganado todo el peso que perdí, he desaprendido andar con tacones (de hecho los he donado todos a una charity, junto con el 70% de mi armario), y cuando no estoy trabajando y no está lloviendo, que es menos a menudo de lo que me gustaría, estoy siempre en el campo.
Es raro cerrar una etapa. A veces creo que algunos intentamos ser algo que no somos, porque no tenemos muy claro lo que somos. Asi que probamos, a ver que tal; yo pensaba que con 15 kilos menos y mucho maquillaje, quizá mi autoestima se vendría arriba. Que me convertiría en una persona más segura, más feliz y más estable. La verdad es que no fue así, y además me resulto muy cansado… Todo lo cansado que es fingir ser algo que no eres (y lo digo con conocimiento de causa, porque finjo ser bilingüe todos los días durante 8 horas).
Lo que si he descubierto es que la autoestima no tiene nada que ver con cuanto peses, tu estado civil, o lo bien que te quede un vestido. Creo que es algo que se tiene o no se tiene y las cosas que la nutren momentáneamente son de lo más inesperadas, por ejemplo: que tu novio sea ridículamente guapo, pero no solo guapo, guapo nivel estrella de cine, de estas guapuras que hacen que se rompan cuellos a su pase… Eso parece que te va a subir la autoestima, pero no, te crea paranoia, te da la sensación de que la gente os mira por la calle, como si fuérais el bello y la bestia. Te encelas por tonterías y te cabrea que esté impresionante con cualquier cosa que se ponga, mientras tú para parecer medio humana necesitarías 50 minutos de chapa y pintura que no te dedicas, primero porque te da pereza, y segundo, porque total, te vas a calzar las botas de montaña y te vas a ir al campo a ponerte de barro hasta el ojete...
Sin embargo que tu pareja (la estrella de cine) te diga que le gustas más sin maquillaje, porque eres más tú y porque además así te puede besar cuanto quiera… Pues eso si que te hincha la autoestima durante un buen rato, y vas de su mano por la calle mirando a todo el mundo de frente pensando que, como dice mi abuela, a veces ”la suerte de la fea, la guapa la desea.”
En fin, que como siempre, me he ido por los cerros de Úbeda… Como decía al principio, no sé qué voy a hacer con este blog, me da pena dejarlo definitivamente, y sé que si sigo con él haría falta darle un nuevo enfoque, pero de momento no tengo ninguna idea clara.
Intentaré seguir pasándome a ratitos por vuestros blogs, ya que en estos meses de desconexión total, he echado de menos saber cómo os iban las cosas.
Me despido de momento con un beso enorme desde la lluviosa y relajantemente aburrida Cork.
